La Edificación de Mérida

A propósito del 476 aniversario de la fundación de la ciudad, compartimos este extracto del libro «La Mérida Colonial» de Abelardo Barrera Osorio, texto que puede leer integro dando clic aquí


Durante el primer año, continuaron los vecinos de Mérida alojándose en las chozas de paja que circundaban el arrogante cerro que ocupaba el sitio de la hoy plaza de la Independencia y que era conocido con el nombre de Backluunchán, y en los edificios que éste tenía en su cima, pero en la sesión del cabildo, que presidida por Montejo se celebró el 29 de diciembre del propio 1542, los señores regidores le recordaron muy gentilmente, que en las capitulaciones de su señor padre, celebradas en Granada el 8 de diciembre de 1526, con el monarca Carlos V, para la conquista y colonización de Yucatán, existía una cláusula que decía: “Otrosi, que a los nuestros pobladores e conquistadores se den vecindades, y dos caballerías de tierras y dos solares, y que cumplan la dicha vecindad en cuatro años que estén, y vivan en la dicha tierra, y aquellos cumplidos lo puedan vender, y hacer dello, como de cosa suya.”

Y le pidieron muy rendidamente que le diese cumplimiento, a fin de que construyesen casas “en que pudieses habitar cómodamente y que fuesen dignas de la capital de la provincia”. Es de creerse que Montejo se presentó a la sala consistorial apercibido para tal demanda, porque al terminar su discurso el regidor que llevó la voz de sus compañeros, “El Mozo” con mucha prosopopeya extrajo de su jubón el ya trazado plano de la ciudad y lo depositó sobre la mesa de la presidencia, para que muy a su gusto y sabor lo examinasen los peticionarios.

El plano contenía el señalamiento de los respectivos solares, con los nombres de cada beneficiado, y el espacio elegido para la plaza pública, a cuyo oriente se edificaría la catedral; al norte, el palacio de los gobernadores, o casas reales; al poniente para las casas consistoriales, o sea el Ayuntamiento, y al sur para la casa solariega del Adelantado Montejo.

Los trabajos de edificación de la ciudad se iniciaron con la demolición del majestuoso cerro del Backluumchán que proporcionó abundante y buen material para las construcciones que comenzaron a surgir con gran rapidez, ya que según afirma el historiador López de Cogolludo, en el segundo año de la existencia de Mérida, la procesión llamada del Corpus recorrió varias calles.

La casa del Adelantado Montejo, según el mismo historiador, fue construida por artífices nativos bajo la dirección de arquitectos españoles, con un costo de catorce mil pesos, terminándose en 1549, suma que don Eligio Ancona juzga muy exagerada, arguyendo que a los obreros manuales únicamente se les proporcionaba la comida, la habitación y una misérrima paga, probablemente en especie.

A principios de la colonia se consideró como catedral una pequeña construcción con techumbre de huanos, en el lugar más o menos, donde ahora está el pasaje de la Revolución, y durante los doce o más años que duró la edificación de la Catedral que hasta hoy subsiste, por haberse demolido el primer templo, se habilitó como iglesia mayor a capilla de San Juan de Dios, situada en la calle 63 entre 60 y 58, donde mis lectores vieron instalado el museo histórico y arqueológico hasta hace poco tiempo.

La casa consistorial, como se le llamaba al edificio donde se instaló el Ayuntamiento, no era más que un mal caserón de piedra, de un solo piso, levantado sobre una plataforma elevada algunos pies sobre el nivel de la plaza y se componía de un amplio salón para las juntas de Cabildo, tres piezas contiguas respectivamente
destinadas a la capilla, archivo y alhóndiga, y luego venía una galería interior por donde se bajaba a un patio en el que se encontraban los calabozos.

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